La instalación de ascensores es una actividad de alto riesgo para los técnicos, por lo que es imperativo seguir estrictamente las regulaciones vigentes y los procedimientos internos de análisis de trabajo seguro (ATS). Los peligros potenciales deben identificarse y comunicarse a todos los trabajadores involucrados.
Trabajar en el hueco del ascensor presenta numerosos factores de alto riesgo, que incluyen altura, espacios confinados, maquinaria en movimiento, riesgos de electrocución y más. Es crucial adherirse a las normas de seguridad y contratar empresas con excelentes registros de seguridad.
Según el Artículo 4 de la Ley 20.296, las violaciones a las normas que regulan la instalación, mantenimiento y certificación de ascensores, ya sean verticales, inclinados, funiculares, montacargas o escaleras o rampas mecánicas, se clasifican como faltas leves, graves o muy graves. Esta ley se aplica tanto a las nuevas construcciones como a los edificios más antiguos.
En 2010, un año clave para la industria, entró en vigencia la Ley 20.296 después de haber sido promulgada en 2008. Antes de esto, alrededor del 80% de los ascensores de Chile se habían instalado sin normas regulatorias.
Si bien los incidentes con ascensores generalmente se asocian con los pasajeros y no con los trabajadores de instalación, existen numerosos protocolos de trabajo seguro para los técnicos. Estos incluyen el uso de arneses de seguridad, certificación de altura, anclaje seguro, zapatos de seguridad, gafas protectoras, cascos con barbaquejo, pantalones, guantes, protección auditiva, máscaras, respiradores y más.
A pesar de estas medidas, persisten riesgos inherentes durante la ejecución del proyecto. Las revisiones en el sitio garantizan que los trabajadores no estén expuestos a peligros como aberturas de hueco sin asegurar o estructuras de edificios incompletas, lo que impacta significativamente en las consideraciones de seguridad ocupacional.
Los procedimientos de entrada y salida incluyen activar el paro del ascensor, asegurarse de que la cabina esté estacionaria o en modo de inspección, usar escaleras y llevar iluminación portátil.
Existen riesgos de atrapamiento durante la instalación y el funcionamiento, prevenibles mediante procedimientos de trabajo seguro en ambas fases, incluyendo la protección de las poleas.
Una iluminación adecuada en la cabina minimiza la fatiga visual, mientras que las barreras de malla dividida evitan el movimiento de los ascensores entre los huecos adyacentes en instalaciones dúplex o tríplex y la caída de escombros.
Las salas de máquinas deben tener acceso seguro, estar libres de sustancias tóxicas y plagas, y contar con niveles mínimos de iluminación regulados de 300 lux.
Los peligros eléctricos, como quemaduras en los dedos por cables mal señalizados, también son una preocupación.
En Transve, reconocemos los altos riesgos en los proyectos de instalación y mantenemos la certificación ISO 45.001 para Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional. Nuestro objetivo es minimizar los accidentes y garantizar que la ejecución del proyecto se realice de manera segura.
